Diseño no es poner 4 cuadros y pintar con el color Pantone del año.
Diseño no es poner 4 cuadros y pintar con el color Pantone del año.
Después de leer este Post entenderás por qué invertir en diseño de interiores en hoteles y no cambiar la apariencia de tu hotel en manos de una constructora o de la mueblería del pueblo más cercano.
Qué es y qué no es el Diseño de interiores.
“El Diseño de Interiores es una disciplina proyectual que involucra el proceso de mejorar la función y cualidades del espacio interior, con la manipulación del volumen espacial así como el tratamiento superficial (materiales y objetos).”
Por tanto, diseño no es sólo apariencia estética, diseño no es “hacer bonito” un lugar. El diseño de interiores va mucho más allá. El diseño nos aporta beneficios para hacernos la vida más sencilla. Es el equilibrio entre aspectos funcionales y estéticos.
Cuando hablamos de diseño de interiores en hoteles, el diseño debe ayudarnos a vender más, vender más a menudo e incluso vender más caro. Y si no es así, no estamos hablando de un buen diseño.
Un proyecto de diseño de interiores en hoteles comprende un análisis espacial que una constructora o que una tienda de muebles ni si quiera se plantea. Estamos hablando de funcionalidad, de factibilidad, de ofrecer comodidad al huésped y al trabajador, de tener en cuenta el ahorro energético, de crear espacios estudiando la circulación y la fluidez de las personas para evitar acumulaciones en recepciones o en restaurantes, de acoplar el proyecto a su entorno explotando al máximo sus ventajas y un largo etcétera.
Cuanto más largo sea este etcétera , más ventajas obtendremos del proyecto, más ahorro y por tanto más negocio. Es decir, existe una relación proporcional entre la calidad de un diseño de interiores para hoteles que tenga en cuenta cada detalle y los beneficios que de ello extraemos.
Zapatero a sus zapatos
Para que nos entendamos. Cuando el Director de un hotel decide hacer “las cosas por sí mismo” contando con el carpintero de la localidad, con el técnico de mantenimiento que pintará las paredes y comprando colchas nuevas, es cierto que se traduce en una pequeña mejora de la imagen del hotel. Y digo pequeña, porque cuando un hotel tiene cierto tiempo, necesita un lavado de cara profundo, necesita un “ponerse al día”, renovarse, y esto no se consigue cambiando tres cosas. Pero vamos a pensar de forma muy optimista, imaginemos que este Director tiene muy buen gusto y tiempo, y resulta que cambiando estos detalles consigue refrescar algo la estética del hotel ¿De verdad que aún nos creemos que la estética lo es todo en un establecimiento?
Pensemos en las grandes cadenas. En negocios conocidos mundialmente. Cada esquina y cada ladrillo está puesto por una causa. Y para llevar esta tarea a cabo, existe la figura del profesional y especialista que se dedica exclusivamente a esto. Aquí tengo que usar el vocablo “Zapatero a sus zapatos”. Si hiciéramos caso a esta expresión, nos beneficiaríamos todos. El Director de hotel se podría dedicar a aspectos de su competencia, el técnico de mantenimiento podría concentrarse en su labor, y se dejaría al experto en diseño que nos ayude a sacar el máximo partido a nuestro establecimiento de una manera inteligente y que nos retorne la inversión, porque para ello es especialista en este campo.
Diseño de interiores para hoteles es ahorro.
Y es que el buen interiorismo, el buen diseño de interiores es ahorro. Es inversión.
Existe una creencia errónea de que el diseño es caro. De que la figura de un arquitecto es un desembolso importante de dinero. Esto sucede si se lleva a cabo un mal diseño, si se trata con profesionales que no lo son tanto. Pero cuando hablamos de un buen diseño de interiores, que tiene en cuenta todos los detalles, y que combina diseño y marketing, se trata de ahorro. Se trata de hacer proyectos rentables.
Una constructora o una mueblería están en otra onda. Éstos simplemente se dedican a hacer su trabajo de proveer muebles o de intervenir en grandes obras a bajos precios. Pero un bajo precio sin proyecto, sin diseño, sin un estudio de retorno de la inversión, al final sale muy caro.